Cómo pasar
el encierro con adolescentes: 7 trucos para evitar tensiones y no volverse
'locos'
6 abril,
2020
Estar encerrado en casa puede ser una situación muy estresante para casi todos nosotros y más
conforme se va a alargando el estado de alarma. Se ha puesto mucho
énfasis en cómo este confinamiento puede afectar a la psicología de los niños y
a la salud de la familia si hay pequeños encerrados pero también hay que tener
en cuenta las especificidades de los adolescentes.
Los expertos advierten que con ellos ya no funcionan
ni los castigos ni los privilegios y que hay que empezar a utilizar otros
valores como al confianza, la influencia, el espacio... El libro 'Manual para sobrellevar la pandemia en casa
con niños y adolescentes', de la editorial 'Triunfa con tu libro', recoge la experiencia de 19 especialistas
que cuentan algunos trucos para desconectar
estas situaciones bombas y no volverse 'locos'.
1- Darles espacio e intimidad.
Es muy común escuchar a los padres como se preguntan qué haran sus hijos en la habitación tanto
tiempo, por qué no salen... Los adolescentes en general necesitan pasar
tiempo alejados de los padres para desarrollar su propia personalidad pero esta situación de confinamiento se lo
impide. Así que su habitación se
convierte en su refugio, en su lugar sagrado y donde se sienten
seguros.
Los padres
tienen que respetar ese espacio y su orden, su olor, su limpieza, aunque
sea un caos, y, como mucho, pactar unas
normas comunes para que la falta de higiene no llegue a mayores.
"Los padres
helicópteros son un problema para los adolescentes. Esos padres que quieren controlarlo todo y
que no dejan espacio. Ellos ahora necesitan una vía de escape y su
habitación lo es. Hay que dejarles que estén ahí encerrados el tiempo que
necesiten", asegura Diana Al Azem,
una de las coordinadoras del manual y fundadora de "Adolescencia positiva".
Por eso es mejor llamar a su puerta, respetar sus
normas en ese espacio y entender que su música, aunque no nos guste, es una forma de expresión del mundo interior
de nuestros adolescentes puesto que "cada generación se forja en
torno a unos géneros y artistas que hablan a sus inquietudes o estados de
ánimo", advierten en el libro.
La mejor forma para hacerles salir voluntariamente de
su cueva es crear planes de ocio
alternativo en los que ellos puedan elegir qué hacer y cómo para
compartir esos momentos con ellos.
2. Hablar, hablar, hablar... pero
entender su lenguaje.
Los padres siempre se quejan de lo difícil que resulta
hablar con un adolescente. Los expertos reconocen que la tarea no es fácil pero
aunque se muestren esquivos y encerrados en sí mismos no significa que no quieran comunicarse con sus padres o que ya no
les hagan falta emocionalmente.
Este manual recuerda que los jóvenes no siempre verbalizan lo que quieren con palabras por
lo que hay que estar muy atentos a su lenguaje no verbal. Además, en muchas
ocasiones lo que expresan es lo racional, pero no su parte emocional que hay que ir traduciendo de sus
expresiones más usadas.
"Dicen 'me agobias, me rayas' pero quieren
transmitir 'escúchame'; o 'ignórame' pero también 'no me dejes solo en casa' e
incluso 'deja de controlarme' pero 'ocúpate de mí'", aclaran.
Los expertos recuerdan
a su vez que hay que fomentar la comunicación vinculante, es decir, este
tipo de informaciones que los jóvenes nos quieren dar y que, en principio no
podría parecernos interesante, pero que
crean hábito y vinculo: como un cotilleo de clase, algo sobre sus
amigos, una cosa que le pasó jugando a un videojuego... etc. "Hay que
dejar de hacer lo que estamos haciendo y escucharlos, dar importancia a lo que nos están contando a través de la escucha activa.
Si dejamos escapar esa comunicación vinculante, los perdemos", aclaran en
el libro.
3. Pactar un horario semanal con
rutinas.
En esta etapa de sus vidas hay que cambiar el control por la influencia porque no se consigue
nada con una autoridad absoluta que hará que quieran escapar siempre. Para
mejorar la convivencia en este encierro esa comunicación tiene que plasmarse en
un horario conjunto que establezca
rutinas aceptadas y propuestas por todos.
"Hay que hacer una reunión familiar y ponerse de
acuerdo en un horario que no puede ser
impuesto por los padres sino que ellos también decidan. Si somos una
familia todos opinamos y se puede llegar a un acuerdo, una vez a la semana, que
establezca unas rutinas", explica Diana Al Azem.
Claro que buscar el
compromiso es bueno pero ¿y si no cumplen? Los expertos piden paciencia y no rendirse,
"es parte de su proceso de crecimiento", y utilizar técnicas que rebajen la tensión en estos días y no la
aumenten: "Apostar por métodos que no sean la repetición, la bronca o el
sermón. Se puede optar por el humor, los chistes, los retos", añade Al
Azem.
4. La técnica del Pomodoro.
Los psicólogos explican que hay que ser conscientes de
que los adolescentes viven en una
fiesta constante de hormonas: "La adrenalina, la testosterona o el
estrógeno son algunas de las hormonas causantes de esa intensidad emocional que
tanto los identifica". Además se suma la dopamina que, en su caso, "buscan la estimulación casi de
manera involuntaria".
Por eso, no es de extrañar que aparezca en cada
conversación la palabra de moda en la relación con los jóvenes: procrastinar (dejar de hacer algo que
sabemos que debemos hacer).
En la gestión de tareas, los expertos hablan de la técnica del Pomodoro: se utiliza un
temporizador para dividir el tiempo en
intervalos de 25 minutos de actividad llamados pomodoros, seguidos de 5 minutos de descanso, con pausas más
largas cada cuatro pomodoros.
En este tiempo, se dibuja en un círculo en un papel y, mientras dure el trabajo,
marcamos cada vez que haya una distracción tanto interna (de
pensamiento) como externa (móvil, ruido, golpes, etc.). Una vez finalizada la
tarea a realizar, se dedica un tiempo a contar el número de interrupciones y a
analizarlas.
Según aclaran en el manual, este método ayuda a minimizar las distracciones y, una vez
comprobado que el nivel de concentración aumenta con el tiempo, quedará la
sensación de logro.
5. Normas con las pantallas pero
flexibilidad.
La mayoría de los adolescentes se comunican hoy en día a través de las redes sociales, una
facilidad para los tiempos que corren puesto que el encierro no es un
impedimento para continuar con sus relaciones sociales, pero también un problema por la exposición
constantes que tienen a las pantallas.
Por eso, los psicólogos y profesores advierten de que "es normal que ellos quieran quedar con
sus amigos o con su pareja, por lo que hay que ser comprensivos y
ponerse en su lugar".
El consejo en este caso es pactar una serie de normas tanto en el uso de qué tipo de redes sociales
como en el tiempo que se pueden utilizar pero siendo flexibles y conscientes
del momento en el que vivimos.
6. Ojo con las adicciones no conocidas
En los encierros y confinamientos, las adicciones son uno de los elementos que
peor se llevan. Por eso, los expertos aseguran que en el caso de los
adolescentes esta situación puede incrementar los conflictos. "Todos aquellos que tienen esas adicciones al
tabaco u otras, lo estarán llevando mal porque estarán más
susceptibles", aclara Diana Al Azem.
En el caso de muchos jóvenes, puede que sus padres no sepan que fuma y que ahora esté sufriendo
situaciones de mayor estrés por esa razón. Así que lo mejor en estos
casos es hablarlo abiertamente.
7. Cuídate tú.
Todos los psicólogos especializados coinciden en que la calma que mantengamos los adultos
es la que permitirá a los adolescentes templar la suya. Por eso, un
consejo muy importante para rebajar tensión es que nosotros estemos bien y cuidados.
En el manual se explica con una metáfora muy clara de
cómo podemos sentirnos nosotros en esta situación: si cada vez que nuestros
hijos nos demandan algo echamos agua a la jarra, lo más probable es que antes de acabar la mañana se desborde.
Es una imagen muy gráfica de que cuidarse es
necesario. Así que hay que buscar un
momento para tomarse una infusión, escuchar música, leer, estar a
solas...
Lo ideal en estos casos es bajar nuestras
expectativas, sean las que sean, y permitirnos
equivocarnos como se van a equivocar nuestros hijos. "Quiérete, lo
estás haciendo bien y sobre todo confía en ti. Merecerá la pena",
advierten.
Fuente: https://www.elespanol.com/mujer/saludables/20200406/pasar-encierro-adolescentes-trucos-evitar-enfados/479703402_0.html
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