Ir con ellos a hacer deporte es infinitamente mejor modelo que “ver un partido con una cerveza en la mano”, ir a animarles a las competiciones el mejor premio que puede recibir un niño, fomentar cualquier afición que vaya en esta línea, menos clases de informática y si el niño quiere hacer teatro apuntarle a un taller. Un hijo feliz y sano es el objetivo…aunque a los padres nos parezcan tonterías, el juego y los hobbies forman una pieza fundamental del ocio.
Es cómodo ponerles pelis en el DVD, pero aunque escojamos esmeradamente estas películas no dejamos de estar fomentando conductas sedentarias, con poco socialización con otros niños y que desarrollan escasas habilidades. Dejemos la tele para los días especialmente malos del invierno.
Solo así conseguiremos que lleguen a la adolescencia con intereses diferentes y más sanos que jugar frente a una pantalla. El ocio saludable protege de todos los problemas que hemos ido nombrando en esta página, socializar, contribuye a un mejor estado físico y psicológico y ayuda a crearse una identidad en medio de esta sociedad que aliena a los adolescentes.
Es verdad que no tienen muchas opciones, la sociedad ha creado un grupo social que está en medio de la nada, ni niños ni adultos y ellos quieren divertirse. Deberíamos pensar en ellos a la hora de programar actividades, piscinas abiertas de noche o baloncesto nocturno tienen pocas posibilidades de ser un éxito de público juvenil. Una noche te puede apetecer ir a la piscina, todos los sábados, no.
Ellos quieren ligar, tienen intereses, modas y deberíamos ser capaces de ofrecérselos. Vamos a montar un taller de tatuajes de henna (al fin y al cabo se quitan), o de funky, conciertos sin alcohol para ellos, técnicas de rodaje de cortos, capoeira……..tienen que divertirse no lo olvidemos. Seguro que si les ofrecemos cosas que les resulten atractivas serían capaces de renunciar al botellón…y a la litrona.
Pero para eso debemos comprenderles primero.
A.I.G.S.
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