Siguiendo la línea de la semana pasada, ante la inminencia de las "ansiadas" notas, son muchos los progenitores que han prometido una o más recompensas a sus hijos/hijas, a menudo de tipo material y casi podría decirse que más por obligación y exigencia de ellos y ellas que porque a papá y mamá les apetezca realizarla en sí misma... es aquí cuando os lanzamos la pregunta ¿SIEMPRE ES ADECUADO RECOMPENSAR? Si habéis seguido las sesiones de la Escuela de Familias impartidas por esta entidad sabréis de primera mano el hincapié que se ha hecho sobre las recompensas y la diferenciación con el castigo; sin embargo, ya os adelantamos: ¿RECOMPENSA? ¡Sí! pero no a cualquier precio.
La Universidad de Stanford quería investigar cómo influyen las recompensas en la realización de una tarea interpretada como agradable. Seleccionaron niños y niñas entre 3 y 5 años que les gustaba dibujar e hicieron tres grupos:
1. Se les dijo que por cada dibujo que hicieran recibirían una recompensa.
2. Se les dio una hora libre para hacer lo que quisieran y no se les habló sobre ninguna recompensa.
3. Se les dijo que podían pasar el tiempo como quisieran y recibieron una recompensa que no esperaban cuando dibujaban.
Tras unos días, los investigadores encontraron que a quienes se les prometió una recompensa fueron los que menos dibujos completaron, mientras que el resto siguieron dibujando al ritmo habitual. Además, sus dibujos aparentemente estaban tenían menos detalles, variedad de colores e implicación.
Se concluyó que los niños y niñas a quienes se le prometió una recompensa trabajaron con menos entusiasmo, lo hicieron por cumplir y recibir la recompensa, mientras que los y las demás siguieron haciendo lo que les gustaba, y esa es la diferencia ante la motivación intrínseca y la extrínseca, también denominada la -PARADOJA DEL INCENTIVO-.
La motivación intrínseca es la necesidad psicológica de implicarse en la ejecución de una tarea sin recompensa externa, por el simple gusto de hacerla.
La extrínseca es la que procede de la recompensa prometida.
Los incentivos son recursos excelentes para el aprendizaje pero ¡OJO! han de usarse con moderación, si se abusa de ellos pueden ser contraproducentes.
El premio o recompensa puede ayudar a que la persona realice esa tarea si no es capaz de activar su propia motivación. Y fijaos, la recompensa no esperada tiene efectos muy positivos en la ejecución de futuras tareas y en la autoestima, ¿POR QUÉ NO UTILIZAR MEJOR ESTA? :D
De cualquier forma, aunque la recompensa pueda llevar a condicionar su uso será inevitable en determinadas circunstancias.
¿La clave? NO abusar de los incentivos y, sobre todo, NO usarlos cuando no sean necesarios.
¡Ánimo papis! ¡Ánimo mamis!
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