Ya casi llegamos a final de curso, y con ello las (en muchas ocasiones) temidas notas. Tanto las buenas como las malas notas reflejan el estado emocional de nuestros hijos e hijas. Sin embargo, dado que vivimos en un mundo que da más importancia a lo negativo que a lo positivo, si lo trasladamos al tema, un expediente académico plagado de suspensos puede crear tensión en el hogar y presión en el alumno o alumna que no obtiene buenas notas.
Pero, quería preguntaros, ¿hasta qué punto priorizamos padres y madres las calificaciones escolares frente a cuestiones como la felicidad y estabilidad emocional de nuestros hijos e hijas?
Antes quizás, conviene preguntarnos qué esperamos de nuestro hijo o hija y si nuestras expectativas son más altas de lo que debieran en relación con su capacidad, y por supuesto, ser honestos y honestas sobre si en el fondo lo que estamos haciendo es compararlo o compararla con el resto de hermanos y hermanas o con otros niños y niñas cercanos.
En tal caso, es aconsejable medir ese nivel de exigencia, siendo conscientes del rendimiento real y de qué resultados podemos esperar. Las etiquetas, evidentemente, afectan. Si le decimos: no vales para estudiar, siempre suspendes, no vas a llegar a nada en la vida,... lo más probable es que se lo crea y que disminuyan las ganas de querer probar lo contrario, porque disminuye su motivación para estudiar. Ese tipo de comentarios deberían evitarse por completo. En cuanto a las comparaciones, como dice el dicho "son odiosas" y así es, a las personas adultas a veces se nos olvida que cada cual es único y diferente aunque pertenezca a un grupo de iguales y que los procesos, situaciones y emociones son completamente distintas a las del resto, tengámoslo en cuenta también con respecto a nuestros hijos e hijas.
¿CUÁL PUEDE SER EL MOTIVO DE QUE MI HIJO/HIJA SAQUE "MALAS NOTAS"?
Hay múltiples factores que afectan al rendimiento:
_ La pereza.
_ La falta de interés.
_ La poca motivación.
_ La monotonía.
_ Las dificultades de aprendizaje.
_ Las exigencias excesivas.
_ Problemas de gestión emocional (baja autoestima, sentimientos de inutilidad,...)
_ No tener hábitos de estudio, de sueño y/o de alimentación adecuados.
_ Sobrecarga de actividades extra escolares.
_ Deberes para casa.
_ Tareas domésticas.
_ La poca y mala conciliación laboral de padres y madres.
Y la pregunta del millón: ¿de cuánto tiempo de descanso y juego de calidad disponen nuestros hijos e hijas en el día a día? ¿y de tiempo con nosotr@s? Y la respuesta a estas dos preguntas posiblemente sea también el motivo por el que nuestros hijos e hijas sacan malas notas.
¿QUÉ PODEMOS HACER PADRES Y MADRES?
**Evitar hacer un mundo de un suspenso, eso ayuda a que no lo vivan como una tragedia y que no sientan que, de alguna manera, nos están fallando como hijos e hijas.
** Darles estrategias para crecer y poder solventar los problemas que conllevan el suspenso, como la frustración, el desconsuelo o el sentimiento de no ser.
** Recuerda que somos modelos para nuestros hijos e hijas y que de la forma en que afrontemos esta situación, desencadenará o no una serie de conductas en ellos y ellas.
** El aprendizaje y el establecimiento de unos hábitos de estudio, sueño y alimentación adecuados.
** Comunicarse con los hijos e hijas.
** Preocuparse lo necesario por el/la menor.
** Mantener una estrecha interacción con el centro escolar.
** Ser conscientes de las limitaciones y talentos de nuestros hijos e hijas. ** Ver si necesita ayuda extra para comprender algunos aspectos teóricos o prácticos de lo estudiado en clase y ofrecérselo si es así.
** Motivarles para que se sientan orgullosos y orgullosas de su esfuerzo y no solo del resultado.
** Valorar su esfuerzo continuo, independientemente del resultado obtenido.
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