En el caso de detectar un problema de consumo de drogas es importante
mantener una actitud serena y positiva y no dramatizar la situación,
culpabilizarse a sí mismos, ya que estas energías harán falta para apoyar y
llevar conjuntamente las acciones que puedan ir dando solución real al
problema.
Para que la persona afectada tome conciencia de su problema y se
busque conjuntamente una solución se seguirán las siguientes recomendaciones:
·
No abordar en primer
lugar, y menos en tono acusatorio, los indicios de consumo de drogas, ya que
esto puede llevar a que se oponga al diálogo.
·
Plantear abiertamente la
existencia de aspectos preocupantes en su modo de vida, no centrando todas las
observaciones exclusivamente en el consumo de drogas. Los cambios y desajustes
en el tipo de vida que lleva, pueden ayudar a deducir el nivel de importancia
del consumo.
·
Exponer con actitud
serena y razonable las evidencias o signos específicos que hacen tener la
certeza a la familia de la importancia de su problema de consumo, y solicitar
al afectado argumentos para reconocer esos signos.
·
Mantener una actitud
dialogante de forma serena y demostrando interés por sus problemas y disposición para apoyarle en la búsqueda de soluciones
a los mismos.
·
Lo anterior no debe
impedir que la persona que ofrece su ayuda mantenga su rol de adulto
responsable en la familia y que se reafirme en su postura de intentar
solucionar conductas incompatibles con una adecuada convivencia familiar.
·
Mantener una postura
firme respecto a la resolución de no permitir ni consentir esa conducta de
consumo dentro de la familia.
·
No ceder a los chantajes
o reivindicaciones de libertad y derecho a “no dar cuentas de su vida” que pueda
manifestar el consumidor como defensa frente a la presión familiar para
comenzar tratamiento.
·
Plantear y tratar de
pactar compromisos hacia situaciones de “puesta a prueba” en periodos cortos de
tiempo (por ejemplo, estar una semana, o como mínimo un fin de semana, sin
salir a las horas, lugares y medio de relación de más riesgo para el
consumidor, no tomar esa primera copa por las mañanas, etc.).
·
Si se considera
necesario alguna forma de tratamiento profesional, conviene visitar previamente
el recurso asistencial elegido.
·
Si existiera una cierta
resistencia al asesoramiento externo, es preferible no plantearlo como el lugar
donde va a hacer un tratamiento, sino como un primer paso para tomar
posteriormente una decisión al respecto.
·
En estos casos, puede resultar
muy útil recurrir a personas (otros familiares, amigos no consumidores, etc.)
cuya opinión sea tenida en cuenta y tenga capacidad de influencia en el
familiar afectado. La motivación hacia el tratamiento puede ser inducida a
veces más fácilmente por figuras que no están tan próximas y con las que los
lazos afectivos y emocionales representan menor compromiso.
·
Si se niega a reconocer
aún la necesidad de ayuda especializada, la familia tendrá que asesorarse para
poner en marcha medidas de mayor presión que puedan contribuir a provocar la
decisión de demandar ayuda por parte del consumidor.
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