miércoles, 21 de febrero de 2024

 






LAS NORMAS EN LA FAMILIA

 

¿SON IMPORTANTES LAS NORMAS EN LA VIDA FAMILIAR?

 

 La familia es el primer grupo social al que el individuo pertenece y donde aprende a convivir. Naturalmente, para que no haya distorsiones y la convivencia sea fluida, el grupo familiar requiere la existencia de normas.

Ante esta necesidad los padres y madres tienen un papel que cumplir como figuras de autoridad: deben fijar normas pertinentes y razonables. Primero, cuando los hijos/as son todavía pequeños/as, de forma totalmente directiva. Después, de manera más compartida, buscando (cuando sea posibles) la negociación y el acuerdo.

 

 Las normas son preventivas y sirven a las familias porque:

 

ü  Ayudan a poner límites a los impulsos y comportamientos. Facilitan, por lo tanto, el autocontrol de nuestros hijos/as.

ü  Regulan nuestros deseos más inmediatos posponiéndolos (si no es el momento).

ü  Regulan las situaciones y conductas a las que pueden exponerse los hijos/as.

 

Las normas se establecen para ser respetadas. En este sentido, asegurar su cumplimiento a través del ejercicio de la autoridad es un derecho de los padres y madres, pero también es un compromiso.

           

TIPOS DE NORMAS

 

Los padres y madres deben tener en cuenta cuáles son las normas y qué importancia tienen para ellos/as. En muchas ocasiones, los problemas de disciplina tienen su origen en normas confusas. En este sentido, podemos diferenciar al menos tres grandes grupos de normas:

 

·         Fundamentales: Son las normas de los derechos y valores fundamentales de la familia. Si no son respetadas, la convivencia y la educación de nuestra familia se ve dañada de forma importante. Tienen que ver con la integridad física y moral de las personas. Deben de ser pocas, extremadamente claras, poco matizables en función de las circunstancias y de obligado cumplimiento e innegociables (Ej.: no agredir físicamente a un hermano, hablar respetuosamente y sin insultar, ser sinceros, respetar los bienes materiales, ausencia de uso de drogas, etc.).

·         Importantes: Son aquellas que tienen que ver con una correcta socialización y salud de los hijos. Se deben respetar en su mayoría, pero permiten cierta flexibilidad. Si no se cumplen afectan a la convivencia familiar. Deben ser en número limitado y muy claras, pero son matizables en función de las circunstancias. Si bien su cumplimiento global debe ser inevitable, algunos aspectos pueden negociarse. (Ej.: horarios de llegada a casa y de sueño, alimentación, etc.).

·         Accesorias: Regulan aspectos más circunstanciales de la vida doméstica. Tienen que ver con el orden y la organización de la casa, las actividades de ocio generales, con el respeto a las preferencias de los otros, etc. Pueden ser numerosas y podemos permitir cierta flexibilidad en su cumplimiento. No son esenciales para la convivencia familiar, pero la mejoran si se cumplen. Son negociables.

 

CONDICIONES MÍNIMAS DE UNA BUENA NORMA

 

Para ejercer una autoridad firme y razonable, pueden tenerse en cuenta los siguientes principios básicos:

 

  Las normas deben ser realistas y ajustadas a las capacidades: Han de ser posible de cumplir, y estar ajustadas a la realidad, adaptadas a la edad, habilidades, personalidad, (Ej.: no podemos pedir a un niño hiperactivo que estudie durante cuatro horas seguidas).

  Las normas deben ser claras y concretas: Uno no puede cumplir indicaciones que no entiende, ni puede hacer cumplir normas cuya importancia no se han parado a valorar, por eso han de ser comprensibles y estar muy claras. Los hijos/as deben de saber qué se espera de ellos/as.

 Las normas deben ser consistentes y seguras: Su aplicación debe ser aproximadamente la misma independientemente de nuestro estado de ánimo, de la presencia de otras personas, de nuestras ocupaciones en ese momento, igual por la madre y  el padre, etc.

 Las normas deben ser coherentes: Los distintos miembros de la familia tienen diferentes funciones y, por lo tanto, también distintas normas. Las que afectan a los hijos más pequeños no pueden ser las mismas que las que afectan a sus hermanos mayores o a sus padres y madres, pero si conviene ser coherente hasta donde sea posible.

 Las normas deben ser acordadas, negociadas y razonadas: A ser posible, cuando las normas son negociadas y acordadas entre todos se facilita su cumplimiento y la responsabilidad de las personas.     

 

¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES Y MADRES?

 

Asumir sin contradicciones el papel de padres y madres.

 

 Los padres y madres y los hijos/as pueden llevarse muy bien, tener una buena comunicación y comprensión mutua, esto es lo deseable, pero no se deben confundir los papeles y pensar que dejarles hacer los que quieran es el mejor modo de educarles; no es posible ser colegas de nuestros hijos/as.

           

Establecer límites y normas de convivencia familiar

 

 Hacerlo bien supone que los padres y madres se “paren a pensar” en estos tres pasos:

 

Definir bien las normas para que los hijos/as las entiendan correctamente.

Motivar para que las acepten.

Tener claro qué se va a hacer cuando estas no se cumplan.

 

Actuar con coherencia a la hora de la aplicación de normas

 

Como ya hemos analizado antes, es necesario que las normas se apliquen con cierta coherencia.


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