jueves, 19 de mayo de 2016

Estrategias para educar personas independientes

Diez estrategias para educar personas independientes


Tarde o temprano, los jóvenes dejarán la casa de sus padres para iniciar su propia vida. Es normal que los padres sientan miedo ante esta circunstancia. El mundo está lleno de peligros y de tentaciones, y cuando los hijos se van de casa se pierde toda posibilidad de control.

Los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos para que puedan afrontar con éxito su vida independiente. Para ello es fundamental ayudarles a desarrollar ciertas habilidades que le permitan afrontar los nuevos retos con la confianza suficiente.


Habilidades para la vida que debería desarrollar un adolescente

Para ayudar a los hijos a ser independientes, los padres deben fomentar buenos hábitos y trabajar las habilidades para la vida que son necesarias para vivir de forma independiente.
1: CAPACIDAD PARA HACER FRENTE A LA SOLEDAD
La soledad no es lo mismo que estar solo. Un adolescente debe aprender a reconocer el estado de soledad como una sensación temporal concreta y aprender a utilizarla y canalizarla. Es importante que aprenda a sentirse bien consigo mismo como parte de una actitud saludable y que descubra cómo puede disfrutar del tiempo que puede pasar consigo mismo en actividades como la lectura, pasear, escuchar música, crear, etc.
2: CAPACIDAD PARA FIJARSE METAS
Un adolescente debe fijarse sus propias metas para lograr lo que desea. Los padres deben ayudar a sus hijos a averiguar qué es lo que quiere su hijo para que este pueda fijarse un objetivo que le motive en su esfuerzo.
Pero fijarse una meta no implica solamente plantearse grandes retos. Para entrenar esta capacidad se puede empezar con un reto académico o deportivo sencillo. Lo importante es aprender la habilidad necesaria para plantearse ese reto u objetivo y actuar según la meta.
En este sentido, los padres pueden ayudar a sus hijos a clarificar sus metas y a aclarar las acciones necesarias para lograrlas, además de ofrecerles las herramientas necesarias
3: CAPACIDAD PARA GESTIONAR EL ESTRÉS Y PARA GESTIONAR EL TIEMPO
Desgraciadamente, no hace falta que los jóvenes lleguen a adolescentes para empezar a sentir estrés.Los niños de hoy en día también están creciendo en una era en la que se los expone a violencia y a la presión de los pares acerca de la actividad sexual y el consumo de drogas. También se les advierte que tengan cuidado de los secuestros, el abuso sexual y otros delitos. Esta sensación de que viven en un mundo inseguro es una fuente de estrés constante para algunos niños. Los jóvenes de hoy en día se enfrentan todo el tiempo a desafíos a sus destrezas de afrontamiento y, a menudo, se espera de ellos que crezcan demasiado rápido.
Es necesario enseñarles a gestionarlo, a canalizar sus energías y a liberar tensión y a organizarse para gestionar el tiempo de forma eficaz y productiva.
Reconocer el estrés es el primer paso para superarlo. Y aprender a superarlo ahora supone una lección que les ayudará durante toda la vida:
  • Intentar ayudarles a identificar la causa de su estrés y hablar sobre cómo aliviar la situación. 
  • Una forma de combatir el estrés es a través de la diversión.
  • Aprender juntos maneras de combatir el estrés.
  • El deporte es una magnifica manera de luchar contra el estrés.
  • Sobre todo, apoyarle.
4: HABILIDAD PARA ENCONTRAR Y MANTENER UN EMPLEO.
Animarles para que busquen algún trabajo remunerado en vacaciones o que le dediquen algunas horas semanales cuando tengan edad suficiente les reportará una experiencia muy enriquecedora para su vida adulta y les permitirá valorar el esfuerzo que cuesta ganar dinero. 
5: HABILIDADES PARA MANEJAR EL DINERO Y AHORRAR.
Cuando los adolescentes tienen todo lo que quieren es fácil que no valoren lo que cuesta ganar el dinero necesario para sus caprichos y que hay unas necesidades primarias que hay que afrontar. Un adolescente debería ser consciente de todo lo que implica vivir de forma independiente, de todos los gastos que hay que afrontar y de lo importante que es ahorrar, administrar el dinero y planificar los gastos. Esto evitará muchos problemas futuros de gasto desmesurado y endeudamiento excesivo.
6: CAPACIDAD PARA COMPRAR ALIMENTOS Y PREPARARLOS.
Unos buenos hábitos alimenticios son fundamentales para la salud. Cuando los jóvenes están en casa eso es responsabilidad de los padres. Pero saber lo que hay que comprar y cómo prepararlo es otra cosa. Para que lo aprendan es importante hacerlos conscientes de su importancia y pedirles ellos mismos tomen parte en las decisiones y que, de vez en cuando, se encarguen de organizar y preparar las comidas.
7: HABILIDADES DE ORDEN Y LIMPIEZA.
Empezar por mantener ordenada la habitación es importante. Pero también lo es que los jóvenes aprendan, cómo mantener ordenada y limpia una casa y que valoren y disfruten un entorno recogido y bien colocado. Esto no sólo les ayudará en su día a día, sino que les facilitará y ayudará en su relación de pareja o convivencia.
Lo que impera es que ciertas tareas asignadas (tácitamente) a un miembro de la familia (madre, padre, hermano mayor, abuela, niñera) sean repartidas equitativamente por todos los miembros de la misma. Independientemente de la condición económica y de la posición social, que a veces también puede representar un gran freno para estos objetivos. “En cuanto puedas es necesario que hagas tu parte en casa y limpies lo que te corresponde”. En esta expresión podemos ver claramente que ambos conflictos están resueltos: el trabajo no recae sobre una sola persona y además se le hace ver al jóven o a la joven que tiene una responsabilidad compartida.
8: CAPACIDAD PARA MOVERSE Y DESPLAZARSE.
Los jóvenes que viven en grandes ciudades están más acostumbrados a moverse en metro o en autobús, pero los que viven en ciudades más pequeños o que se desplazan siempre con sus padres pueden sentir cierto miedo a salir de su zona de confort. Esto puede limitar sus aspiraciones y crearles situaciones de estrés más adelante. Por eso es importante darles la oportunidad de moverse y acompañarlos para que no tenga miedo a conocer otros entornos y puedan aprovechar nuevas oportunidades.
9: HABILIDADES INTERPERSONALES.
Es fundamental aprender a tratar con los demás en general, no solo con la gente del entorno. Para ello hay que favorecer que los adolescentes conozcan gente nueva y que se enfrenten a diferentes situaciones personales en diversos ambientes. Las relaciones interpersonales nos permiten alcanzar ciertos objetivos necesarios para nuestro desarrollo en una sociedad, y la mayoría de estas metas están implícitas a la hora de entablar lazos con otras personas. Es importante desarrollar una comunicación correcta, eficaz y asertiva, adquirir y mejorar la capacidad de expresar molestia, desagrado, disgusto, saber decir no, conocer los derechos personales y saber defenderlos,— aprender o mejorar las habilidades para presentarse y pedir una cita, hacer y aceptar cumplidos, e iniciar, mantener y terminar conversaciones, saber llegar a acuerdos con los padres sobre problemas cotidianos.
10: CAPACIDAD PARA ENFRENTAR EMERGENCIAS.
Es muy importante que los padres expliquen a sus hijos cómo actuar en caso de emergencia para evitar que sean presas del pánico y que puedan actuar de manera adecuada. Para mantener el control y actuar de forma adecuada es necesario haber hablado antes de ello.

Para que los padres puedan asumir la responsabilidad de ayudar a sus hijos a desarrollar estas habilidades deben ser consciente de que lo más importante es el ejemplo. No se le puede pedir a un hijo que haga algo que no ve en su propia casa. Y, en el caso de que los padres se sientan poco preparados en alguna de las habilidades, nunca es tarde para trabajarlas. La autosuperación es también un gran ejemplo para los hijos.
Puede que no sea necesario desarrollar al máximo todas las habilidades, pero cuanto más preparados estén los jóvenes, más seguridad y confianza tendrán para afrontar su vida con determinación y lograr lo que se propongan.

martes, 17 de mayo de 2016

Enseñar a gestionar la frustración desde pequeños

Aunque a veces lo más sencillo (y, probablemente, lo que más nos apetezca) sea evitar al niño las situaciones arriesgadas, peligrosas o molestas; éste es un comportamiento que no le aportará nada bueno en el futuro. ¿Quieres saber por qué?


La sobreprotección deja al niño sin herramientas ni recursos propios para enfrentar el fracaso, ya que siempre acaba consiguiendo lo que quiere y no vivencia experiencias negativas, por lo que tampoco aprende a enfrentarse a ellas.

Enseñar a gestionar la frustración es una tarea complicada, tanto en casa como en clase, pero necesaria. El objetivo al final es enseñar a nuestros hij@s a ser felices, y para ello es necesario saber afrontar los errores y aprender de ellos. 
 Te recomendamos algunas pautas a tener en cuenta:
  1. Da la vuelta a los fracasos: ¿Y si dejamos de hablar de fracasos y hablamos de nuevos retos? Todas las cosas que no salen como esperábamos son una nueva oportunidad de aprendizaje, lo importante es darse cuenta de dónde nos hemos equivocado para que no vuelva a ocurrir.
  2. Competir no es el objetivo: Potencia las actividades cooperativas en tu aula, que ganar no sea la principal motivación. Los valores que transmitimos de esta forma son mucho más constructivos y positivos, tanto para los más pequeños como para la sociedad en la que vivirán. No obstante, si incluyes algún juego competitivo, aprovecha para que aprendan a perder y a ganar, respetando siempre al contrario.
  3. Deja que vivan sus propias frustraciones: Intenta no pararles cuando estén a punto de equivocarse, deben hacerlo para poder aprender de ello. Así, además, fomentarás su iniciativa personal, su autonomía y evitaremos que tengan miedo a hacer las cosas por sí mismos. Son todo ventajas, ¿verdad?
  4. Marca objetivos razonables, pero que requieran esfuerzo: Adapta los retos a su edad y sus capacidades, pero confiando en que pueden llegar bien lejos. Acompáñalos durante el proceso, para recordarles que lo deben seguir intentando y deben abandonar ante la primera dificultad.
  5. Habla con ellos sobre cómo se sienten: Dales ocasión para que compartan sus sentimientos, sus errores y sus fracasos. Razonad juntos, para que entiendan lo que ha pasado y lo que ha salido mal. Será necesario haber creado previamente un clima de confianza y apoyo.




Aprender a tolerar la frustración desde pequeños permite que los niños puedan enfrentarse de forma positiva a las distintas situaciones que se les presentarán en la vida.
La frustración es una vivencia emocional que se presenta cuando un deseo, un proyecto, una ilusión o una necesidad no se llega a satisfacer o a cumplir.
Cuando un deseo o una ilusión no se cumplen, a causa de la frustración, los adultos -y también los niños- experimentan en mayor o menor medida una serie de emociones como el enfado, la tristeza, la angustia, la ansiedad, etc. Al mismo tiempo, se trata de vivencias personales, por lo que cada uno puede enfrentarse y reaccionar ante estos hechos o eventos de manera diferente.
Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones que nos encontramos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que puedan causarnos. Por lo tanto, se trata de una actitud y, como tal, puede trabajarse y desarrollarse .
La frustración es un estado transitorio y, por tanto, no permanente: no hay que confundir la tolerancia a la frustración con la tolerancia al fracaso.
En la vida, hay situaciones en las que conseguimos nuestros objetivos, deseos, etc., y otras en las que no. En la etapa infantil, los niños suelen pensar que el mundo gira a su alrededor, que lo merecen todo y que consiguen al momento lo que piden. No saben esperar porque no tienen desarrollado el concepto del tiempo ni la capacidad de pensar en los deseos y necesidades de los demás . Es entonces cuando hay que empezar a enseñar a los niños a tolerar la frustración. Si los padres siempre dan a los hijos todo aquello que piden, los pequeños no aprenderán a tolerar el malestar que provoca la frustración y a hacer frente a situaciones adversas. Por ello, en la edad adulta, seguirán sintiéndose mal cada vez que no consigan aquello que se han propuesto.
Intentar complacer siempre a los niños y evitar que se sientan frustrados ante cualquier situación no favorece su desarrollo integral como persona , ya que cuando sean adultos deberán enfrentarse a circunstancias tanto de éxito como de fracaso. Existen teorías que defienden que, si no se enseña a los niños a aceptar los fracasos, es posible que desarrollen una actitud agresiva reincidente.
En general, los niños con poca tolerancia a la frustración:
  • Tienen dificultades para controlar las emociones.
  • Son más impulsivos e impacientes.
  • Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, por lo que, cuando deben enfrentarse a la espera o postergación de sus necesidades, pueden tener rabietas y llanto fácil.
  • Son exigentes.
  • Pueden desarrollar, con más facilidad que otros niños, cuadros de ansiedad o depresión ante conflictos o dificultades mayores.
  • Creen que todo gira a su alrededor y que lo merecen todo, por lo que sienten cualquier límite como injusto ya que va contra sus deseos. Les cuesta comprender por qué no se les da todo lo que quieren.
  • Tienen una baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.
  • Manifiestan una tendencia a pensar de forma radical: algo es blanco o negro, no hay punto intermedio.
Muchos padres intentan reducir o evitar las fuentes que causan frustración en el niño, y terminan por convertir cualquier de sus fracasos en un nuevo éxito. Para prevenir esta situación y conseguir que el niño tolere la frustración, los padres deben evitar la sobreprotección y no abusar de la permisividad . La conducta permisiva se manifiesta, con frecuencia, al ceder ante cualquier requerimiento del niño, de modo que este siempre consigue lo que quiere y nunca se enfrenta a situaciones negativas, problemáticas o frustrantes.

Técnicas para tolerar la frustración

Para enseñar al niño a tolerar la frustración, existen consejos útiles que detallamos a continuación:
  1. Dar ejemplo. La actitud positiva de los padres a la hora de afrontar las situaciones adversas es el mejor ejemplo para que los hijos aprendan a solventar sus problemas.
  2. Educarle en la cultura del esfuerzo. Es importante enseñar al niño que es necesario esforzarse. Así aprenderá que el esfuerzo es, en muchas ocasiones, la mejor vía para resolver algunos de sus fracasos.
  3. No darle todo hecho. Si se le facilita todo al niño y no se le permite alcanzar sus retos por sí mismo, es difícil que pueda equivocarse y aprender de sus errores para saber cómo enfrentarse al fracaso.
  4. No ceder ante sus rabietas. Las situaciones frustrantes derivan, en muchos casos, en rabietas. Si los padres ceden ante ellas, el pequeño aprenderá que esa es la forma más efectiva de resolver los problemas.
  5. Marcarle objetivos. Hay que enseñar al niño a tolerar la frustración poniéndole objetivos realistas y razonables, pero sin exigirle que se enfrente a situaciones que, por su edad o madurez, sea incapaz de superar.
  6. Convertir la frustración en aprendizaje. Las situaciones problemáticas son una excelente oportunidad para que el niño aprenda cosas nuevas y las retenga. De esta forma, podrá afrontar el problema por sí mismo cuando vuelva a presentarse.
  7. Enseñarle a ser perseverante. La perseverancia es esencial para superar situaciones adversas. Si el niño aprende que siendo constante puede solucionar muchos de sus problemas, sabrá controlar la frustración en otras ocasiones.
Ante la frustración, hay que enseñar a los niños formas positivas de hacer frente a estos sentimientos adversos. Para ello, se pueden utilizar distintas estrategias:
  • Enseñarle técnicas de relajación. Todos nos enfrentamos a las situaciones adversas de una forma más positiva si estamos relajados. Un buen consejo es enseñar a los pequeños a aumentar su tolerancia a la frustración a través de la relajación del cuerpo.
  • Enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca. Por ejemplo, “Juan está rabioso porque no ha hecho bien esta resta. Inténtalo con otra y tómate más tiempo”.
  • Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda. A algunos pequeños les cuesta pedir ayuda, mientras que otros la piden constantemente y de inmediato. Hay que enseñar al niño a intentar encontrar una solución primero. Si se siente frustrado al realizar alguna tarea, debemos intentar enseñarle a evitar la frustración: “¿qué podrías hacer en lugar de enfadarte o abandonar la tarea?”.
  • Representar papeles. Se puede jugar con el niño a interpretar una situación frustrante. Por ejemplo, el pequeño tiene que hacer los deberes pero quiere irse a jugar al parque. Primero, el niño interpretará la frustración y luego adoptará el rol opuesto. Se le puede animar a que hable consigo mismo de forma positiva y busque una manera de resolver el problema.
  • Reforzar las acciones apropiadas del niño. Es importante elogiarlo cuando retarde su respuesta habitual de ira ante la frustración, y cuando utilice una estrategia adecuada.
  • Modificar la tarea. Enseñar al niño una forma alternativa de alcanzar el objetivo.
En resumen, cabe recordar que la frustración forma parte de la vida. Aunque no se puede evitar, se puede aprender a manejarla y superarla, y aumentar de esta forma la tolerancia a la misma. Aprender a tolerar la frustración facilita que nos enfrentemos con éxito a la vida. Por ello, cuanto antes aprendamos, mejor.
Faros.

lunes, 16 de mayo de 2016

Ayuda a tu hijo a enfrentarse a la presión de grupo y a decir NO

Toda la educación que le damos a nuestros hijos en el hogar es aquella que le va a permitir defenderse en la sociedad, por eso debemos hacer hincapié en enseñarle valores que lo ayuden a tomar las decisiones correctas. Para tener mayor seguridad de que va a actuar como esperamos que lo haga, es preciso orientarlo desde los primeros años.

La toma de decisiones no siempre es fácil, por eso con frecuencia se convierte en un problema; para los niños este campo no es explorado por algún tiempo, pues sus primeras acciones son decididas por los padres. No obstante, llega el momento en el cual se tienen que enfrentar a una serie de presiones que pueden llegar a confundirlos.


¿Qué es la presión de grupo?

Puede producirse en cualquier contexto, pero es frecuente verla en las escuelas, donde en poco tiempo comienzan a crearse pequeños grupos sociales también llamados “camarillas”, constituidos por compañeros de la misma edadque se relacionan incondicionalmente en la mayoría de las actividades que ejecutan. Estos grupos, no tienen por qué ser malos, pero por lo general se convierten en una influencia muy fuerte.
Las camarillas escolares se caracterizan por ser bastante estrictas con la inclusión de sus miembros, pues no se trata de una estructura diversa, sino que se enfocan en la selección de elementos comunes. Son lideradas por el chico o la chica popular, que muchas veces somete a los demás a su voluntad personal.
En tal sentido, aunque se trata de un grupo variado, es muy frecuente que las acciones sean el producto del capricho de una sola persona. De la misma manera, existen normas que permiten la homologación de todos los miembros; por lo general se basan en aspectos como el nivel social, la apariencia física y las habilidades sociales.
Aunque se sabe que los niños pueden ser beneficiados por influencias positivas, también es importante considerar que cualquier cosa que atente con la individualidad y el derecho a decidir, puede ser de cuidado en casos más serios. No es lo mismo tener que decidir qué ropa usar a verse presionado a vestir de alguna manera, por imposición del grupo.


Presión de grupo. ¿A qué puede enfrentarse tu hijo?
Por lo general las personas somos más atrevidas y nos sentimos más poderosas cuando actuamos en conjunto, sobre todo si se trata de acciones peligrosas o que puedan traer consecuencias importantes. Por esta razón, es muy frecuente queestos grupos planifiquen aventuras o actividades que falten a la normativa, como saltarse una clase o salir a algún lugar sin permiso.
Es común que las camarillas sean una influencia en la realización de acciones como fumar cigarrillos, cometer pequeños robos, mentir a los padres o ser crueles con otros niños. Es posible que por lo general se trate de hechos simples y de poco cuidado, pero una vez que los niños comienzan a ser presionados, pueden llegar a ser convencidos de realizar cosas más graves.
En estos grupos no se puede hablar de amistad como tal, pues cuando se halla implícita cierta coacción, no es posible que describamos a un amigo. En tal sentido, si no son tus verdaderos amigos, pueden poner en riesgo tu integridad física y moral.

Presión de grupo y consumo de drogas:
La presión ejercida por el grupo de iguales es uno de los factores que más se asocian al inicio del consumo de drogas, así como a las situaciones de abuso.
Sin embargo, antes de empezar a hablar sobre las estrategias a seguir, si queremos aumentar la resistencia a la presión de grupo, hay que puntualizar algunas cosas.
Uno de los elementos que todas las investigaciones señalan como relevante en el inicio del consumo de drogas, es la presión ejercida por el grupo de iguales. En esta edad el grupo de amigos y amigas se convierte en un aspecto fundamental para el adolescente. El adolescente es especialmente vulnerable ante la presión del grupo de iguales pues necesita sentirse partícipe de él, compartir los rasgos que lo definen, tener un papel que desempeñar en el mismo, sentirse valorado por sus amigos, etc.
La presión del grupo se manifiesta de diferentes formas. Algunas veces la presión del grupo puede ser negativa o perjudicial. Es el caso, por ejemplo, de la presión para hacer cosas perjudiciales o poco inteligentes, como beber alcohol, fumar, violar la ley o destrozar cosas. El actuar así supone ser aceptado por los miembros del grupo y ganarse el aprecio de sus amigos. El no hacerlo puede entrañar el riesgo de ser expulsado del grupo. Son muchas las estrategias que utilizamos las personas para intentar convencer a otros de que hagan lo que deseamos. A continuación te presentamos algunas de las más habituales. Es importante que el individuo las conozca ya que así le será más fácil darse cuenta cuando le estén intentando convencer.
EstrategiaEjemplo
Ridiculizar “Eres un gallina”
“No insistáis más, lo que pasa es que es un niñato”
Retar “A que no te atreves”
“No eres capaz”
Adular, hacer la “pelota” “Con lo inteligente que eres, no te costaría nada”
Amenazar “Como no lo hagas, dejaremos de ser tus amigos”
Prometer recompensas “Si lo haces, te daré lo que quieras”
Insistir “Venga, ven con nosotros. Di que sí.
Venga. Vamos, anímate. Vente....”
Engañar“Yo ya lo he hecho antes y no pasa nada”

Sin embargo, la presión de grupo no siempre es negativa. No siempre que nos intentan persuadir es para hacer algo malo; a veces los otros pueden tener razón, por lo que la forma adecuada de responder a la persuasión no es negarse sistemáticamente a hacer lo que nos piden. El adolescente debe aprender cuándo es conveniente que se resista a la presión de sus iguales y cuándo no es necesario. Primero se debería escuchar lo que nos piden, compararlo con lo que nosotros deseamos y después tomar la decisión por uno mismo, escogiendo lo más conveniente. De esta manera, evitaremos por tanto, las respuestas impulsivas o casi inconscientes.


Pasos para responder a los intentos persuasivos:
  1. Escuchar lo que la otra persona nos dice.
  2. Comparar lo que deseamos hacer nosotros con lo que quiere la otra persona.
  3. Decidir por nosotros mismos lo que debemos hacer.
  4. Comunicar nuestra decisión. Si decidimos no hacer lo que nos piden debemos rechazar la propuesta de forma clara y sencilla. Para ello, es importante poseer la habilidad para decir “no” e imponer unos límites a las actuaciones de los demás si es necesario.
Según se ha demostrado, aprender a decir NO es parte de un proceso a través del cual adolescentes y jóvenes pueden resistirse a la presión negativa de los compañeros. Y eso se puede aprender.

¿Cómo ayudar a tu hijo a hacer frente a la presión?

Hasta para un adulto puede resultar difícil no ceder a la presión de grupo, por esopara los niños puede llegar a ser una decisión muy compleja. Algunos niños son más propensos a caer ante esta, porque se sienten curiosos o porque quieren agradar a los chicos populares; por tal razón es aconsejable enseñarlos a decir que no cuando quieran decirlo.
Para ayudar a nuestros hijos a rechazar las influencias negativas, podemos considerar seguir estos consejos.
  • Promover la confianza en sí mismo, con el fin de que no se sienta obligado a unirse a un grupo para actuar.
  • Fomentar la autoestima. Una persona consciente de su valor e independencia, no es fácil que desee parecerse a otros o hacer cosas que no quiere para agradarles.
  • Educarlos en valores desde los primeros años de vida. Enseñarles que nuestros actos pueden tener consecuencias graves y que los buenos amigos no te presionan, sino que te respetan y te cuidan.
  • Enseñarlos a distinguir lo bueno de lo malo; decirles que van a encontrar personas que los pueden llegar a confundir con intereses personales.
  • Que aprendan a expresar lo que sienten, enseñarlos a valorar su opinión y saber decir no.
  • Alimentar la confianza hacia sus padres, de manera que puedan estar seguros de contarles todo lo que les preocupa. La buena comunicación puede ser determinante para ayudar a nuestros niños a defenderse.


TÉCNICAS ASERTIVAS PARA DECIR “NO”


Cuando una persona ha tomado la decisión de no consumir, es importante que posea la habilidad para comunicar a los demás este hecho e imponer unos límites a las actuaciones de los demás si es necesario. Para ello hay que:
  • Buscar el momento y el lugar apropiados.
  • Utilizar expresiones verbales correctas: expresión directa, sin rodeos; mensajes “yo”, breve y claro, utilizar modismos del tipo: “lo siento, pero no voy a tomarlo”, “te importaría dejar de meterte conmigo”.
  • Utilizar expresión no verbal, lenguaje corporal asertivo (tono de voz firme y tranquilo, contacto ocular, distancia cercana al interlocutor). Se trata de decirlo de forma amable, respetuosa y positiva, sin ser autoritario.
A continuación vamos a conocer algunos procedimientos que nos ayudaran a comunicar a los demás de una forma asertiva nuestra decisión de “No” consumir.
- “Sencillamente di no”
Consiste sencillamente en decir “No” ante cualquier petición que no nos agrade, para que nadie nos manipule. La palabra “sencillamente” se refiere a que no hace falta darle muchas vueltas para decir ciertas cosas, ya que basta con un NO. No hay que poner morros y enfadarse con el grupo.
¿Cómo hacerlo?
  • Decir que NO: un no sencillo y rotundo.
  • Si la otra persona insiste en su petición, continuar diciendo una y otra vez que No empleando nuevas formulas: No, que va, Ni hablar, De eso nada, Que no, etc.
Ejemplo:
· “Toma, prueba ésto con nosotros”
NO
· “¡Venga, pruébalo!
“NO gracias”
· “ ¡Pero si lo vamos a pasar guay!”
“Lo siento. NO me interesa....”
· “ ¡ Venga no seas borde!”
“Perdona, pero ya sabes que NO”
· “Todo el mundo las toma, ¡venga pruébalo!”
“No, no me líes, he dicho que NO”
· “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
“Muy bien, pero NO quiero....”
· “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
“Lees mis labios. NO”

- “Disco rayado”
Consiste en la repetición de las palabras que expresan nuestros deseos, pensamientos, etc., sin enojarnos ni levantar la voz y sin hacer caso de las presionen o intentos de desviación por parte de la otra persona. Es como si tuviera grabada la respuesta automática, y ¡no hay nada que hacer! ya que suscita en el otro la resig¬nación que, ante una máquina, no vale la pena insistir pues repetirá lo grabado cuan¬tas veces sea necesario y sin atender a nuevos mensajes.
¿Cómo hacerlo?
· Repetir la frase que exprese nuestro deseo sobre un aspecto concreto, aunque no aporte demasiadas explicaciones.
· Repetirla una y otra vez, siempre de forma serena, ante las intervenciones de la otra persona.
Ejemplo:
· “Toma, prueba ésto con nosotros”
“Lo siento. NO me interesa....”
· “¡Venga, pruébalo!
“Lo siento. NO me interesa....”
· “ ¡Pero si lo vamos a pasar guay!”
“Lo siento. NO me interesa....”
· “ ¡Venga no seas borde!”
“Lo siento. NO me interesa....”
· “Todo el mundo las toma, ¡venga pruébalo!”
“Lo siento. NO me interesa....”
· “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
“Lo siento. NO me interesa....”
· “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
“Lo siento. NO me interesa....”
- “Ofrecer alternativas”
Consiste en proponer algo positivo, que guste a la gente. Aunque a veces el presentar una alternativa se parece mucho a “cambiar de tema”, el ofrecer algo positivo que guste a la gente supone una cierta riqueza de ofertas y un cierto poder de arrastre.
¿Cómo hacerlo?
- Buscar algo atractivo y proponerlo con entusiasmo.
- Insistir sin decaer ante la posible reacción negativa de los demás.
- Buscarse el apoyo de alguien dispuesto a seguir lo propuesto.
Ejemplo:
“Toma prueba ésto con nosotros”
“Que os parece si mejor hacemos una apuesta a ver quien aguanta más bailando”

- “Para ti - Para mí”
Es una técnica que se emplea cuando al manifestar nuestra negativa, podemos ser objeto de presiones, agresiones verbales o críticas injustas para intentar manipularnos. Cuando la empleamos conseguimos dos cosas: no enfadarnos cuando otros/as nos critican, y que no se salgan con la suya.
¿Cómo hacerlo?
Partimos de una situación en la que otra persona nos hace una petición que no queremos acep¬tar. Por ejemplo: Un amigo nos ofrece una pastilla de éxtasis y le manifestamos nuestro deseo de no consumir.
· Paso previo: EXPLICACIÓN + DECISIÓN.
"No me apetece tomarla, gracias"
Ante cualquier insulto o crítica injusta que nos dirija el otro, por ejemplo: "eres un cobarde, no te atreves..." :
· Primer paso: PARA TI + (Repetir lo que dijo la persona que critica): "Para ti seré un cobarde".
· Segundo paso: PARA MÍ + (Decir algo positivo de uno/a mismo/a): "Pero para mí soy una persona que sabe divertirse." Repetir el proceso el tiempo que sea necesario.
- “Banco de niebla”
Es una técnica que se emplea cuando al manifestar nuestra negativa, podemos ser objeto de presiones, agresiones verbales o críticas injustas para intentar manipularnos. Consiste en reconocer la razón o posible razón que pueda tener la otra persona, pero expresando la decisión de no cambiar nuestra conducta. Es huir del riesgo, sin atacar demasiado al que te dice u ofrece algo. De algún modo, se trata de no entrar en discusión.
¿Cómo hacerlo?
· No entrar en discusión sobre las razones parciales, que incluso pueden ser acep¬tables.
· Dar la razón a la otra persona: reconocer cualquier verdad contenida en sus declaraciones cuando nos propone algo que no nos parece conveniente, pero sin aceptar lo que propone.
· Dar la razón y la posibilidad (sólo la posibilidad) de que las cosas pueden ser como se nos presentan. Utilizar expresiones, tales como: “Es posible que...”, “Puede ser que...”.
· Después de reflejar o parafrasear lo que acaba de decir la otra persona, podemos añadir a continuación una frase que exprese nuestro deseo de no consumir: “pero lo siento, no puedo hacer eso”, “...pero no gracias”, “...pero prefiero no tomarlo”.
Ejemplo:
· “ ¡Pero si lo vamos a pasar güay!”
“Puede ser que lleves razón, pero prefiero no tomarlo”
· “ ¡ Venga no seas borde!”
Si, puede ser que yo sea un borde, pero no lo tomaré”
· “Todo el mundo las toma, ¡venga pruébalo!”
Es posible que todo el mundo las tome, pero yo no”
· “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
"Es posible que tengas razón y no pase nada, pero no gracias"
· “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
“Puede que tengas razón, pero no me apetece”
- RECOMENDACIONES PARA “DECIR NO SIN PERDER AMIGOS”:
1. Ante cualquier petición que no nos agrade, relacionada con el consumo de drogas, decir que NO: un No claro, firme y sin excusas.
2. Repetirlo las veces que sean necesarias (emplear nuevas fórmulas de “decir NO” o utilizar el “disco rayado”):
· “¡Venga, pruébalo!
“NO gracias”
· “ ¡ Venga no seas borde!”
“Perdona, pero ya sabes que NO”
· “Pero si no pasa nada, ¡anímate!
“Muy bien, pero NO quiero....”
· “ ¡Pero si lo vamos a pasar guay!”
“Lo siento. NO me interesa...”
· “ ¿Es que nos vas a dejar a todos colgaos?”
“Lo siento. NO me interesa...”
· “¡Venga tío, enróllate!”
“Lo siento. NO me interesa...”
3. Si es posible, proponer otras alternativas.
· “Toma prueba ésto con nosotros”
“Que os parece si mejor hacemos una apuesta a ver quien aguanta más bailando”
4. Si al manifestar nuestra negativa, la persona que nos intenta convencer, utiliza la agre¬sión verbal y la crítica injusta para intentar manipularnos, podemos utilizar la técnica “Para ti / Para mí” o la técnica “Banco de niebla”:
· “Creo que eres un egoísta”
“Puede que tengas razón y a veces me comporte egoístamente” (banco de niebla).
“Para ti seré un egoísta, pero para mi soy una persona que sabe divertirse” (Para ti/para mí)).

5. Si nos insisten intentando obligarnos, dejar de dar respuestas, marcharnos.