jueves, 29 de febrero de 2024

Escuela de Familias. Indicadores de Consumo de Drogas.

 


INDICADORES DE CONSUMO DE DROGAS





Algunos signos de cambio hacia hábitos de consumo pueden ser:


 Cambios notables del aspecto físico: No tanto referido  a que se adopten nuevas formas de vestir, de llevar el pelo o ponerse adornos que para algunas personas puedan ser “estrafalarios”, sino en relación al aspecto corporal: adelgazamiento progresivo, cambios de color de la piel (palidez, enrojecimiento), ojeras, enrojecimiento de los ojos, somnolencia, cansancio permanente, etc

Pérdida de hábitos básicos de higiene corporal y de ropa.

Cambios en el tiempo de permanencia habitual en casa: Presencia de frecuentes salidas de casa o aumento importante del tiempo que pasa fuera. 

 Indicios de desmotivación hacia las actividades que normalmente ocupaban a la persona: Domésticas, académicas y laborales; unido a absentismo y bajo rendimiento

Cambio en el grado y calidad de la comunicación familiar: Evitación de situaciones de reunión, conversaciones y actividades conjuntas de la familia. Tendencia al aislamiento, evita mirar a los ojos.

Cambios en los ritmos normalizados de sueño y vigilia: Si se da de forma constante y no debidos a causas identificables.

Aumento de las necesidades económicas: Sobre todo si estas no están nunca claramente definidas en gastos concretos o normales, robos en casa, etc.

Aparición de ciertas enfermedades y trastornos físicos leves: Unidos a la resistencia a ir al médico o afán por no ir acompañado/a.

  Cambios en la alimentación: Generalmente falta de apetito, comer fuera de horas habituales en que lo hace el resto de la familia, cambios hacia un tipo de alimentación que no llevaba anteriormente (dulces, cosas de “picar”, etc.).

 Empleo repetido de la mentira como mecanismo habitual.

 Cambio de amigos/as: Asociado a tener constancia de que los integrantes del nuevo grupo, llevan a cabo comportamientos fuera de la normalidad o asociados al consumo de drogas.

Útiles de consumo: (papel de fumar, pipas, tubos para esnifar, cachimbas, papel de plata, etc.) o sustancias.

 En el consumo de alcohol: Olor a alcohol, dificultades en el habla y en el mantenimiento del equilibrio, dificultades en la visión, deseos de vomitar y somnolencia.

En el consumo de tabaco: Olor a tabaco, tos persistente y acidez de estómago.

En el consumo de cannabis: Ojos enrojecidos y/o risa fácil.

En el consumo de drogas de síntesis: Bajo los efectos existen signos de gran actividad, tensión, rigidez muscular y alta temperatura corporal. Cuando desaparecen los efectos aparece cansancio, depresión y apatía.

En el consumo de cocaína: Bajos los efectos aparece una gran dilatación de la pupila y gran excitación. Cuando desaparecen los efectos aparece cansancio, depresión y apatía.

En el consumo de heroína: Bajo los efectos las pupilas se muestran muy pequeñas y aparece adormecimiento y relajación excesiva. En adictos aparece una delgadez extrema y un fuerte síndrome de abstinencia.

En el consumo de alucinógenos:  Ideas delirantes o alucinatorias, verbalizaciones incoherentes o fuera de la realidad.

En el consumo de las Nuevas Tecnologías:   Ansiedad e hiperestimulacción, baja calidad del sueño, aislamiento, presencia de dificultades para la socialización presencial, pérdida del sentido de la realidad y cambios en el estado de ánimo.

           

Todas tienen algo en común. " LA FALTA DE AUTOCONTROL"



El hecho de que aparezcan algunos de estos elementos aisladamente, no indica que haya un posible consumo de drogas, es necesario que confluyan varios de estas situaciones en la persona.

 


 

 





martes, 27 de febrero de 2024

OCIO Y TIEMPO LIBRE EN LA FAMILIA.

 






OCIO Y TIEMPO LIBRE

 

LA IMPORTANCIA DEL OCIO Y EL TIEMPO LIBRE

El tiempo libre es el espacio temporal no ocupado por las obligaciones o necesidades. Es el tiempo para hacer las cosas que uno desea hacer y que le satisfacen; un tiempo para desarrollar la libertad, la autonomía y la independencia. No es un tiempo perdido.

El empleo de tiempo libre tiene una importancia capital como factor de riesgo del consumo de drogas. Un/a joven aburrido/a, insatisfecho/a con la forma en que invierte su tiempo de ocio, sin intereses, que pasa el tiempo sin hacer nada, no sólo es más probable que se inicie en el consumo de drogas, sino que es más fácil que ese consumo se convierta en la única forma de comportamiento y de relación con los demás que sabe desarrollar. Por el contrario, un/a joven que emplea su tiempo libre de forma productiva, haciendo cosas que le interesan y le satisfacen, que se relaciona con grupos distintos en actividades diferentes, es más improbable que consuma drogas y, en caso de que llegue a producirse el inicio del consumo, es menos probable que éste se convierta en un problema.

Lamentablemente, los adultos no ofrecemos un buen modelo de empleo del tiempo libre. Raramente hacemos deporte, acudimos a actos culturales o tenemos una afición a que dedicarnos. Cuando nos relacionamos con otros, los encuentros y actividades de ocio se organizan muchas veces en torno al consumo de drogas legales.

           

¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES Y MADRES?

 Enseñar a ocupar su ocio de una manera positiva y gratificante para su desarrollo personal.

 Es necesario que los padres  y madres demos ejemplo positivo con la manera de ocupar nuestro ocio. 

  Hacer una reflexión sobre como empleamos nuestro tiempo libre y cómo nos divertimos.

Si los padres y madres somos capaces de vivir nuestro tiempo de ocio plenamente, mediante actividades variadas y saludables, nuestro hijos/as verán como algo natural que el ocio debe ser un tiempo de diversión y que es posible obtener satisfacción a través de esta clase de actividades.

Compartir parte de nuestro ocio con ellos/as (hacer excursiones, pasear en bici, cenar en un restaurante, ir al cine, salir de compras, practicar algún deporte, etc.  

 Llegar a acuerdos sobre actividades para realizar juntos y que sean del gusto de todos/as.

Escuchar lo que les gusta hacer y apoyar sus propuestas, cuando estas sean razonables.

Darles facilidades y apoyo para poder desarrollar las actividades que les gustan y que sean adecuadas para su edad.

Impulsar a la participación en instituciones educativas de cara al tiempo libre: clubs de tiempo libre, casa de la juventud, asociaciones, ONGs, etc.

 Hacer un seguimiento de la ocupación de su tiempo libre, acordar y pactar unas normas de comportamiento.

Interesarnos por lo que hacen en su ocio, sus gustos, sus planes, lo lugares que frecuentan, los amigos/as con quien van, etc., haciendo un seguimiento sin desconfianza.

Ceder espacios en casa para que se reúnan y realicen alguna actividad, así los padres y madres podrán conocer a sus amigos/as y el ambiente en que se mueven.

Si sus amigos/as no nos agradan, no criticarlos, sino facilitarles oportunidades de conocer otro tipo de amigos/as y otros ambientes.

Establecer una cantidad de dinero a la semana y no modificarla, salvo casos excepcionales. De esta manera, los chicos/as aprenderán a administrarse y reconocerán el valor del dinero.

Establecer unos compromisos con las “pagas” en función al cumplimiento de unas normas (estudios, ayudar en casa, etc.).

Acordar un horario razonable de regreso a casa, adaptado a su edad y a las características de los adolescentes, flexible según circunstancias (cumpleaños, fiestas especiales, feria, etc.) y, si es posible, fijar un horario de referencia con los padres y madres de los amigos/as de nuestros/as hijos/as. 




lunes, 26 de febrero de 2024

 





REFUERZOS Y CASTIGOS

REFUERZO

Una forma muy importante de aprendizaje se produce a  través de la experiencia que obtenemos 
por las consecuencias de nuestros actos. Si queremos que nuestros hijos/as aprendan
 comportamientos positivos, tendremos que fortalecérselos a través del reforzamiento.  

Se utiliza para aumentar aquellas conductas que queremos que se repitan.  Por ejemplo: dar un premio después de que se realice algo deseado.

 

Aspectos a considerar en relación al reforzamiento:

 

1.    Las recompensas o premios pueden ser materiales (dinero, materiales deportivos, juguetes, etc.), o afectivas (la atención, los elogios o el cariño).

2.   Si decides que vas a utilizar las recompensas materiales, un buen criterio es hacerlo de una manera extraordinaria y con actos que sabes que suponen un esfuerzo especial, y acompañándolas siempre de recompensas afectivas.

3.   Cualquier actividad que le guste a nuestros/as hijas/os puede usarse para reforzar los comportamientos que él/ella no efectuaría con facilidad. Lo único que se requiere es que la actividad poco preferida se haga antes que la preferida.

4.   No hay dos hijos/as iguales, puede suceder que lo que para uno/a es motivador no lo sea para otro/a. Tienes que adaptar los premios a la manera de ser de cada hijo/a.

5.   Recompensa las mejoras. Hay que tener cuidado de no recompensar comportamientos indeseados.

 

Reglas básicas acerca del momento en que debe aplicarse el reforzamiento

 Cuando se trate de enseñar tareas nuevas, se reforzará inmediatamente sin permitir que haya un retraso entre la respuesta y el reforzamiento

 En las etapas iniciales del aprendizaje de una tarea, debe reforzarse cada respuesta correcta. A medida que la conducta se hace más fuerte, se exigirán más respuestas correctas antes de proporcionar el reforzamiento.

 Es necesario reforzar el progreso o los avances en la dirección correcta. No hay que insistir en una ejecución perfecta desde el primer ensayo.

 

Tipos de refuerzo:

 

Refuerzo positivo: Dar algo agradable

·         Material: Regalo

·         Afectivo: Elogio

Refuerzo negativo: Eliminar algo desagradable (ej. “si estudias no tienes que fregar los platos)

CASTIGO

Para la eliminación de comportamientos inadecuados, podemos hacer uso del castigo.

Tipos de castigos:

Castigo positivo: Que pretende eliminar una conducta presentando un estímulo desagradable (reprimenda, etc.). Aunque la conducta castigada desaparece de manera rápida, es algo transitorio y a la larga no resulta demasiado eficaz. Además puede producir efectos no deseados como:

 

·         Su duración es escasa, pues enseguida aparece la conducta no deseada.

·         Las relaciones entre tú y tu hijo/a se resienten y pueden darse reacciones de rechazo afectivo.

·         Las personas aprendemos por imitación y si tu hijo/a vive normalmente castigado, castigará a los de su alrededor.

·         Daña la autoestima del hijo/a.

 

Castigo negativo: Consiste en la retirada de algo deseado por el hijo (ej. “como no has hecho las tareas no puedes ver la televisión”). Éste tiene menos connotaciones negativas. Un caso especial de este tipo de castigo es la extinción consiste en eliminar todos los reforzadores que mantienen una conducta para suprimirla.  Una de las técnicas consiste en retirar la atención o simplemente trasladar al hijo/a a un lugar (habitación) en el que no pueda recibir refuerzos a esa conducta que pretendemos eliminar.

 


miércoles, 21 de febrero de 2024

 






LAS NORMAS EN LA FAMILIA

 

¿SON IMPORTANTES LAS NORMAS EN LA VIDA FAMILIAR?

 

 La familia es el primer grupo social al que el individuo pertenece y donde aprende a convivir. Naturalmente, para que no haya distorsiones y la convivencia sea fluida, el grupo familiar requiere la existencia de normas.

Ante esta necesidad los padres y madres tienen un papel que cumplir como figuras de autoridad: deben fijar normas pertinentes y razonables. Primero, cuando los hijos/as son todavía pequeños/as, de forma totalmente directiva. Después, de manera más compartida, buscando (cuando sea posibles) la negociación y el acuerdo.

 

 Las normas son preventivas y sirven a las familias porque:

 

ü  Ayudan a poner límites a los impulsos y comportamientos. Facilitan, por lo tanto, el autocontrol de nuestros hijos/as.

ü  Regulan nuestros deseos más inmediatos posponiéndolos (si no es el momento).

ü  Regulan las situaciones y conductas a las que pueden exponerse los hijos/as.

 

Las normas se establecen para ser respetadas. En este sentido, asegurar su cumplimiento a través del ejercicio de la autoridad es un derecho de los padres y madres, pero también es un compromiso.

           

TIPOS DE NORMAS

 

Los padres y madres deben tener en cuenta cuáles son las normas y qué importancia tienen para ellos/as. En muchas ocasiones, los problemas de disciplina tienen su origen en normas confusas. En este sentido, podemos diferenciar al menos tres grandes grupos de normas:

 

·         Fundamentales: Son las normas de los derechos y valores fundamentales de la familia. Si no son respetadas, la convivencia y la educación de nuestra familia se ve dañada de forma importante. Tienen que ver con la integridad física y moral de las personas. Deben de ser pocas, extremadamente claras, poco matizables en función de las circunstancias y de obligado cumplimiento e innegociables (Ej.: no agredir físicamente a un hermano, hablar respetuosamente y sin insultar, ser sinceros, respetar los bienes materiales, ausencia de uso de drogas, etc.).

·         Importantes: Son aquellas que tienen que ver con una correcta socialización y salud de los hijos. Se deben respetar en su mayoría, pero permiten cierta flexibilidad. Si no se cumplen afectan a la convivencia familiar. Deben ser en número limitado y muy claras, pero son matizables en función de las circunstancias. Si bien su cumplimiento global debe ser inevitable, algunos aspectos pueden negociarse. (Ej.: horarios de llegada a casa y de sueño, alimentación, etc.).

·         Accesorias: Regulan aspectos más circunstanciales de la vida doméstica. Tienen que ver con el orden y la organización de la casa, las actividades de ocio generales, con el respeto a las preferencias de los otros, etc. Pueden ser numerosas y podemos permitir cierta flexibilidad en su cumplimiento. No son esenciales para la convivencia familiar, pero la mejoran si se cumplen. Son negociables.

 

CONDICIONES MÍNIMAS DE UNA BUENA NORMA

 

Para ejercer una autoridad firme y razonable, pueden tenerse en cuenta los siguientes principios básicos:

 

  Las normas deben ser realistas y ajustadas a las capacidades: Han de ser posible de cumplir, y estar ajustadas a la realidad, adaptadas a la edad, habilidades, personalidad, (Ej.: no podemos pedir a un niño hiperactivo que estudie durante cuatro horas seguidas).

  Las normas deben ser claras y concretas: Uno no puede cumplir indicaciones que no entiende, ni puede hacer cumplir normas cuya importancia no se han parado a valorar, por eso han de ser comprensibles y estar muy claras. Los hijos/as deben de saber qué se espera de ellos/as.

 Las normas deben ser consistentes y seguras: Su aplicación debe ser aproximadamente la misma independientemente de nuestro estado de ánimo, de la presencia de otras personas, de nuestras ocupaciones en ese momento, igual por la madre y  el padre, etc.

 Las normas deben ser coherentes: Los distintos miembros de la familia tienen diferentes funciones y, por lo tanto, también distintas normas. Las que afectan a los hijos más pequeños no pueden ser las mismas que las que afectan a sus hermanos mayores o a sus padres y madres, pero si conviene ser coherente hasta donde sea posible.

 Las normas deben ser acordadas, negociadas y razonadas: A ser posible, cuando las normas son negociadas y acordadas entre todos se facilita su cumplimiento y la responsabilidad de las personas.     

 

¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES Y MADRES?

 

Asumir sin contradicciones el papel de padres y madres.

 

 Los padres y madres y los hijos/as pueden llevarse muy bien, tener una buena comunicación y comprensión mutua, esto es lo deseable, pero no se deben confundir los papeles y pensar que dejarles hacer los que quieran es el mejor modo de educarles; no es posible ser colegas de nuestros hijos/as.

           

Establecer límites y normas de convivencia familiar

 

 Hacerlo bien supone que los padres y madres se “paren a pensar” en estos tres pasos:

 

Definir bien las normas para que los hijos/as las entiendan correctamente.

Motivar para que las acepten.

Tener claro qué se va a hacer cuando estas no se cumplan.

 

Actuar con coherencia a la hora de la aplicación de normas

 

Como ya hemos analizado antes, es necesario que las normas se apliquen con cierta coherencia.


martes, 20 de febrero de 2024

Comunicación en la Familia

 

COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA



MODOS DE COMUNICACIÓN

 

Independientemente de la época y cultura, y de lo que expresemos, las personas nos comunicamos a través de una variedad de formas.

 

ü  Comunicamos por la palabra

 

            Es la forma más usual. Por la palabra comunicamos ideas, sentimientos, estados de ánimo, decisiones, etc.

Es necesario también saber callar. No estamos acostumbrados a escuchar. No se puede dialogar si no sabemos escuchar al otro,  dejarle que exprese sin interrumpirle y tratar de ponernos en su punto de vista.

 

ü  Comunicamos por la mirada

 

Muchas personas poco inclinadas a hablar pueden llegar a expresarse de modo intenso por la mirada. Hay miradas pacientes, cariñosas, estimulantes, acogedoras, que son caricias positivas, y existen miradas que matan, que te hacen sentir ridículo, etc.

 

ü  Comunicamos por hechos

 

            Muchas veces el amor ha acabado por quedarse en mera palabrería. Amor es compartir, ayudarse, vivir juntos los acontecimientos, etc.

 

ü  Comunicamos por el cuerpo

 

Nuestro cuerpo expresa plásticamente sentimientos, estados de ánimo, actitudes hacia el otro, etc. Por ejemplo, el nerviosismo o la incomodidad se pueden expresar frunciendo el ceño, tamborileando con los dedos, mirando al reloj, a la puerta, etc.

 

FACTORES FACILITADORES DE LA COMUNICACIÓN

 

            A la hora de intentar establecer una adecuada interacción tenemos que tener en cuenta:

 

·         Escoger un lugar y momento adecuado.

·         Preguntar sin dar nada por supuesto.

·        Escuchar activamente (mirar a los ojos, postura relajada e inclinada hacia delante, asentir, respuestas verbales, preguntar, sincronización, etc.).

·         Empatizar (ponerse en el lugar del otro y manifestárselo).

·         Pedir opinión.

·         Declarar deseos.

·         Buscar puntos de acuerdo en lo argumentos del otro y manifestarlos.

·         Dar información enfatizando los aspectos positivos.

·         Utilizar un lenguaje adecuado a la otra persona.

 

FACTORES QUE DIFICULTAN LA COMUNICACIÓN

 

            Entre los factores que dificultan la comunicación, nos encontramos con:

 

·         No escoger un lugar o momento adecuado.

·         Acusar, juzgar, amenazar o exigir.

·         Utilizar frases del tipo deberías.

·         Etiquetar y generalizar (“siempre haces”, “nada, todo, nunca…”).

·         Ignorar los mensajes del interlocutor o menospreciar sus argumentos.

·         Enfatizar los aspectos negativos.

 

ESTILOS DE COMUNICACIÓN

Pasivo o sumiso: Una persona tiene una conducta pasiva cuando permite que los demás la pisen, cuando no defiende sus intereses y cuando hace todo lo que le dicen sin importar lo que piense o sienta al respecto.

 Agresivo: Estas personas sí ejercen los derechos propios, pero no respetan los derechos ni los sentimientos ajenos. La persona se expresa de forma impositiva y utiliza la coacción (mirar amenazadoramente, dar pena, acusar, culpabilizar, chantajear emocionalmente).

Asertivo: Una persona tiene una conducta asertiva cuando defiende sus propios intereses, expresa sus opiniones libremente y no permite que los demás se aprovechen de ella. Al mismo tiempo, es considerada con la forma de pensar y de sentir de los demás.