ASOCIACIÓN AD-HOC BAZA: Adolescencia y Tabaco… Peligrosa Combinación

Los datos dicen…

_ Se comienza a fumar sobre los 14 años y unos 6 meses después se consolida el consumo diario.

_ En España, el 33% de las chicas y el 29% de los chicos de entre 14 y 18 años son fumadores y fumadoras habituales. Es el país europeo donde se comienza a fumar a menor edad.

_ El 23% de la población española fuma a diario, el 2,4% ocasionalmente, el 25,7% es exfumadora y el 49% declara no haber fumado nunca.

_ El 84,9% de las personas fumadoras informa de que al menos uno de sus progenitores, familiares o amistades consumen tabaco o lo han consumido alguna vez en su presencia.

_ Un estudio realizado con jóvenes de 3º y 4º de la ESO concluyó que quienes fumaban faltaban más a clase, tenían una tendencia significativa a repetir curso y a dejar los estudios incluso antes de finalizar la enseñanza obligatoria.

_ El 94% de las personas fumadoras considera que fumar un paquete de tabaco al día entraña bastantes riesgos para la salud, pero siguen fumando e incluso muchas, más de eso.

¿Tan grave es?

Valóralo tú mism@...

La combustión del tabaco y el humo generado contiene cerca de 4.000 sustancias nocivas. En los cuatro minutos que una persona tarda de media en terminar un cigarro habrá acumulado en su organismo 10 miligramos de alquitrán más el monóxido de carbono.

La nicotina es la tercera sustancia más adictiva del planeta, después de la heroína y la cocaína. Se sabe que una persona puede volverse adicta a la nicotina en cuestión de días después de probarla por primera vez.

En lo que al consumo en la adolescencia se refiere, el cerebro aún está en desarrollo y la nicotina tiene efectos en el sistema de recompensa y en las áreas que participan en las funciones emocionales y cognitivas. Los cambios sucedidos durante la adolescencia pueden perpetuar el consumo continuo de tabaco hasta la edad adulta.Estos cambios también contribuyen a una mayor tasa de trastornos por consumo de otras sustancias entre las personas que consumen tabaco durante la adolescencia.

Se sabe que el tabaco a menudo es la puerta de entrada a otros problemas. Entre los primeros de esos problemas se encuentran el fracaso escolar y mantener relaciones sexuales de riesgo. Además, de tener más probabilidades de mezclar con alcohol y otras drogas como la marihuana, la cocaína y el éxtasis.

Si le hablo del tabaco… ¿se convertirá en un adicto o en una adicta?

Precisamente sucede lo contrario, cuanta más información le des a tus hijos e hijas sobre cualquier tema mejor, así podrán decidir y tener la capacidad de formar una opinión propia y más positiva al respecto que cuando simplemente se le prohíbe sin argumentos.

Te recomendamos que...

· Hables abiertamente sobre el uso de tabaco con tus hijos e hijas desde la infancia.

· Informes, NO prohíbas.

· Evites transmitirle miedo a ser castigado/a o juzgado/a por expresar su opinión libremente.

· Le animes a participar en actividades lúdicas o deportivas que les hagan sentirse bien, e incluso participa con ellos/as.

Le demuestres que valoras sus opiniones y sus ideas.

Le recuerdes que tiene derecho a decir NO ante la presión de su grupo de amistades para que fume, y que puede expresarlo diciendo:"no me gusta”, “no me apetece”, “no quiero fumar”.

Refuerces lo que te gusta de su comportamiento, la autoestima es la mejor protección frente a la presión de sus iguales.

¿Qué hace que mi hijo o hija pueda interesarse por el tabaco?

La mejor respuesta puede dártela él o ella. Sin embargo, se sabe que algunas de las razones por las que los y las adolescentes deciden probar el tabaco es impulsados e impulsadas por el grupo de iguales que le invita a probar cosas nuevas. El hecho de que se continúe haciéndolo a menudo suele ser por agradar, para verse bien, actuar como si fueran mayores, incumplir las normas impuestas por los padres y madres, sentirse independientes y como mecanismo de resolución de conflictos emocionales. También factores como la baja autoestima, la timidez, el dinero disponible, que hermanos o hermanas mayores fumen en su presencia son factores que predisponen.

¿Qué hago si mi hijo o mi hija fuma?

Pregúntale que le parece atractivo de los cigarrillos y hablad del tema honestamente.

Háblale de los problemas que aparecen más rápido: menos dinero para gastar en las cosas que le gustan, falta de aire, mal aliento, dientes amarillos, olor desagradable...

No permitas que se fume en casa.

Si le escuchas decir "puedo dejar de fumar cuando quiera", pídele que te lo demuestre con un reto, por ejemplo dejando de fumar durante una semana.

Cuéntale las recompensas que obtendrá al dejar de fumar: liberarse de una adicción, mejorar su estado físico, mejorar su rendimiento deportivo, su aspecto...

Manifiesta tu desacuerdo respecto al tabaquismo e insiste en que si necesita ayuda para dejarlo puede contar contigo.

Evita sermonearle, dejar de fumar es una decisión personal a pesar de ser menor.

Cuando tu hijo o hija esté preparado/a, facilítale el contacto con profesionales que puedan atenderle y elogia su decisión.

Y si soy yo, padre o madre, quien fuma…

Los hijos e hijas, desde bien pequeñitos y pequeñitas detectan rápidamente las contradicciones entre lo que sus padres y madres dicen y lo que hacen. Como recordamos en cada post, padres y madres son esos adultos a quien los hijos e hijas se quieren parecer cuando sean grandes, su modelo de referencia. Si eres fumador o fumadora:

Primero, si así lo sientes, dile que si pudieras volver el tiempo atrás no comenzarías a fumar.

Y segundo, abandona el hábito. No es fácil y tal vez necesites intentarlo varias veces y recibir la ayuda de profesionales, pero piensa que verte superar tu propia adicción al tabaco será el mejor ejemplo que le puedas dar.